lunes, 30 de julio de 2012

Pensando las afecciones somáticas...

                                                                                                                                       Carolina Martínez

Katia Weissberg, en su artículo Los caminos del dolor, retoma a Piera Aulagnier, la cual menciona que el proceso de apropiación de las sensaciones por parte del sujeto se inicia  a partir de un momento de identificación entre madre y niño, que se da por vía de la emoción. Entendida como expresión de los afectos, como la "manifestación subjetiva de los movimientos de investiduras libidinales", la emoción tiene un valor privilegiado en la construcción del cuerpo psíquico del niño y de sus afectos porque se transmite de cuerpo a cuerpo; las emociones maternas percibidas por el niño a partir de sus manifestaciones orgánicas constituyen su fundamento psíquico. 

            Si bien es cierto que la figura de la madre será una parte importante en la constitución subjetiva del bebé, también tendrá que pensarse la forma en que la figura del padre empieza a hacer su aparición, y cómo es que la madre le abre el paso al mismo, para que empiece a tomar su lugar; ya que dependiendo de su propia historia, fantasmas, la relación con su propio padre y madre, entre otras cosas, la nueva madre le irá dando un lugar al padre, y ello impactará sobre el lugar que el propio hijo le vaya dando a este.

            Todo lo anterior lo planteo, para cuestionar el impacto que tendrá en la constitución subjetiva, el que la madre, no le dé un lugar a la figura del padre, y con ello, ella abarque de manera “omnipotente”, toda la atención del hijo.

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